Me entero por twitter que la guerra en Siria ha alcanzado Aleppo. Aleppo, ciudad al norte, cerca de la frontera con Turquía y primera ciudad en tamaño de Siria (más de 2M de personas), permanecía hasta ahora al margen de unas revueltas que enfrentan al actual gobierno y a una variopinta oposición formada por una población hastiada con su gobierno, grupos tribales independientes, facciones políticas de toda clase y hasta posibles grupos terroristas.
Occidente todavía no ha decidido tomar acción y permanece entre el cinismo político y la torpeza burocrática. Demostrando lo complicado que está siendo conseguir posiciones de poder en la incipiente nueva Siria.
El 19 de Abril de 2010 llegamos a Aleppo, primera parada de nuestro viaje por Siria. Del cuaderno de notas, de la memoria y de algunas fotos, extraigo las siguientes líneas:
“La negociación en la parada de taxis nos ha llevado más de 30 minutos, pese a ser domingo, había muchos taxistas dispuestos a llevarnos de Antakia a Aleppo (aunque aquí lo llaman Haleb). El precio oscila entre los 30$, los 30€ y algo menos de la mitad. Halil, ha traicionado el pacto de precios que estaban acordando el resto de taxistas (el turco de Je era suficiente para entenderlo) y nos ha ofrecido un precio razonable. Me cogió de la mano y tras darle un billete al que nos había indicado donde estaba la parada de taxis, nos alejó del resto y nos introdujo en su coche. Tuvimos que esperar otros 30 minutos más en un desesperado intento del conductor para llenar el taxi, pero nadie más quería ir a Aleppo un domingo desde Antakia, así que Halil terminó arrancando con sólo dos ocupantes.
El paisaje era tan verde y tan ordenadamente cultivado que salvo por las formas de conducir de Halil y las constantes mezquitas, que conforman el skyline de Turquía, nadie podría pensar que no estábamos cruzando algún paraje entre Valladolid y Soria.
Cuando hemos cruzado la frontera, no sólo hemos dejado atrás la barrera que políticamente separa a dos países. Hemos cambiado los cultivos por terrenos pedregosos, semidesértico, los edificios de tres/cuatro alturas por estructuras de adobe de dudosa consistencia, las calles asfaltadas por pueblos enteros sin pavimentar. Los cuadrillas de campesinos por beduinos nómadas. La frontera no sólo es física, es orográfica, es económica y muchas más cosas.
Halil llevaba el coche a unos 150km/h mientras sostenía un móvil en cada mano y se apoyaba en el volante para conseguir enviar un sms detrás de otro.
En el reproductor de DVD que tenía superpuesto a la radio del coche, una telenovela-musical turca nos amenizaba el viaje (120km). Segundos antes de encontrarnos con un control policial Halil pulsaba un botón que automáticamente escondía el DVD y en su lugar ponía la radio original del coche. El pelaje leonino con el que se cubrían los asientos delanteros parecían inviables para verano, pero Halil se encontraba muy cómodo.
El coche tenía una pegatina de Hafez Al-Assad, padre del actual líder Bachar Al-Assad, vistiendo traje militar y con gafas de sol estilo Top Gun.
La figura del líder había perdido parte de su color original con el paso del tiempo, pero permanecía y permanece perfectamente asida al cristal.
Ya de noche, llegada a Aleppo. La ciudad tiene mucha polución, hay mucho tráfico, los coches son muy antiguos, el claxon no para de sonar (¡¡más que en Istanbul!!). Entre todo este caos la gente es muy amable nos ayudan a encontrar la zona que buscamos. Un chaval de nuestra edad ha tenido que hacer un par de llamadas de teléfono para conseguir indicarnos donde podríamos cambiar dinero. No he sabido agradecerle suficiente, aunque ya se decir gracias, “shukran” y nos medio aclaramos con los números, los billetes llevan la numeración árabe. ١,٢,٣,٤,٥,…
La habitación está muy cerca de la plaza del reloj, donde cenamos kebap compartiendo mesa. Nos sorprende ver un hotel de mucho lujo (hotel seraton) justo al lado de la plaza donde estamos. Es un edificio enorme eregido entre casas modestas, le da la vuelta una especie de foso que hace que parezca complicado acceder andando. Las diferencias son enormes”.
Estas son las notas.
¿Cuántos Bachar Al-Assad eres capaz de encontrar en esta imagen?
Paz