Ante el sudor que provocan el calor y la humedad relativa, recuperamos el tinto de verano y la música de Roy Corega. Ambos en exceso provocan delirios y bienestar mucho más allá de lo aparente. Relax y escritura automática:
Paz, flujo bucal abusado en determinadas circustancias. Provoca una sensación placentera al que lo escucha, ya sabes paz, dale a la paz una oportunidad.
La conversación acabo acalorada en unos derroteros muy diferentes a lo s que él había soñado.
– Déjame en paz, no quiero saber nada más de ti, nunca debí mirarte a los ojos y jamás debí confesarme. Mi condena es tu indiferencia, mi dolor tu ignorancia. Cómo pude atreverme, sentir que lo podía, esperar que me esperaras. Me he dejado vencer por un impulso irracional. Qué duros que son los días que no me cruzo tu mirada, ya sea en esa clase de la que nunca estuve matriculado o en el autobús; aquel que desde el día en el que te vi por primera vez tomo a diario. Allí donde el cristal siempre refleja lo suficiente para poder observar sin ser observado, escondido detrás de auriculares, gorro y bufanda te miraba, te seducía, bailabamos al ritmo de la radio del conductor y aceptabas mis regalos, te invitaba a cenar y me concedías noches enteras de amor y frenesí. Todavía permanece en mi el olor eterno de tu perfume, lunes jazmín, martes vainilla, brújula olora.
Sólo porque esté perdido no quiere decir que todo esté perdido, no significa que vaya a detenerme, no significa que vaya a encontrarme, sólo porque esté tocado no quiere decir que esté hundido, no significa que no tuve lo que merecí, ni mejor ni peor. Simplemente estoy perdido.