De repente me di cuenta de que él lo sabía todo de mi.
Me di cuenta de casualidad, me miró el DNI con insistencia, tardó demasiado en devolvérmelo, sus ojos se habían clavado en mi foto. Ya de algunos años, por cierto, de cuando tenía el pelo largo, barba de dos días y era más rebelde. Cuando me lo devolvió, me miró a los ojos y en el intercambio de miradas él desvió la suya con disimulo y sonrió. Cualquiera se hubiera sentido tan espiado como me sentí yo en ese preciso instante. Continue reading “Él lo sabía todo”